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EL ABUELO ISMAEL

 

Por Daniel Neveu Pedreros

 

Ismael Neveu 

Ismael Neveu Zumbrunnen era mi abuelo, el hijo menor de los colonos nació el 01 de Noviembre de 1900, sus padres murieron cuando él era aún muy niño. Su madre, Rosette, muere en 1903, cuando él apenas tenía dos años y dos meses. Su padre fallece, entre tres y cinco años después. Me cuentan que siendo mi abuelo un párvulo y claramente sin poder valerse por sí mismo, sus hermanas mayores debieron asumir como madres del pequeño Ismael. La vida, a todas luces, no lo trató bien; salvo el amor que le prodigaron sus atentas cuidadoras.
 
No tengo información de Ismael en su etapa de infante, tampoco de su adolescencia, aunque si se comenta que era muy “inquieto”, esto en base a los rumores entre la familia y lo que me conversó mi padre. Mi abuelo Ismael estuvo de seminarista católico, porque seriamente quería ser un cura. Bueno… lo de seriamente no sé qué tanto; pues al cabo de un tiempo decidieron expulsarlo del Seminario, por bromista, alterar el orden, no sujetarse a la autoridad y… ¡vaya a saber uno que otras causales! Aunque pienso que fue bueno, porque más tarde se hizo cristiano, llegando a ser fundador de la Misión Bautista Chilena.
 
El abuelo Ismael vivía en San Bernardo y nosotros en Talcahuano. Nos visitó muchas veces. Llegaba de improviso. Se veía agotado. No era fácil llegar a nuestro hogar, la locomoción era muy deficiente y más encima caminar por nuestra población era un suplicio, los zapatos se hundían a cada paso en sus calles de arena. Llegado a nuestro hogar, “dulce hogar”, tenía que enfrentarse a otra situación de la que muchas veces, estoy seguro, él se las hubiera querido saltar, los nietos inquietos e irrespetuosos – aunque le temíamos, él no era de una risa muy fácil - igual nos las arreglábamos para sacarlo de sus casillas; su imponente figura con sus bigotones no era suficiente para aquietarnos; recuerdo que en varias ocasiones debí arrancar pasando por debajo de la mesa, porque si me agarraba sería víctima de sus “coletos” (era un coscacho o coscorrón). Famosos eran también los “charquecitos”, éste consistía en agitar el dedo índice en la llama de una vela (no contábamos con luz eléctrica, aunque si teníamos una lámpara petromax) y rápidamente pasarla de arriba hacia abajo por nuestros labios, produciéndose el sonido característico “brup”, por razones que desconozco, se quedó como nuestro niñero en algunas ocasiones (je-je-je).
 
En varias ocasiones me puse sus abrigos, los que a él le llegaban más debajo de las rodillas, y a mí, con apenas ocho o nueve años, me perdía en él.
 
El tremendo y pesado abrigo tenía, según yo, un lado bueno; que, al caminar, el abrigo se arrastraba por el piso dejándolo “muy limpio”.
 
proyector El abuelo viajero, que por su trabajo en el campo evangelístico y misionero estuvo en diferentes lugares de nuestro “chilito”, incluso en la Isla de Pascua, de allá nos trajo algunos regalos, moais tallados en madera, finamente terminados, corales e infinidad de diminutos caracolitos, los que para mí eran un deleite; “el gringo”- así le decían - era famoso también por su proyector francés marca Pathé-Baby.
 
Manipular éste proyector requería mucha paciencia, ya que había que darle incansablemente a la manivela para mantener el ritmo de la película muda de 9,5mm. Disfrutamos de Charles Chaplin y otras instructivas del Instituto Moody, el proyector quedó en manos de mi padre; varias veces a escondidas -so pena de castigo- sacamos el proyector y al estilo de mi abuelo repetíamos las pelis, años más tarde fue rescatado de entre los escombros que dejó un incendio en la casa de mis padres ¡Ya sólo son recuerdos!
 
En honor a la verdad, debo decir, que tengo buenos recuerdos del abuelo. Siempre me gustaron sus bigotes. Creo que eso influyó para que yo tuviese unos propios, y los llevo conmigo desde los diecisiete años, aunque me han dicho graciosamente que hay que tener personalidad para usarlos. Queda claro que no soy cuidadoso con ellos.
 
Los recuerdos de mi abuelo Ismael son en mi niñez y en mi adolescencia, cuando él viajaba a Temuco, ciudad de nuestro nuevo hogar.
 
Al abuelo lo recuerdo con mucho cariño.
 

Publicado en : http://www.genealogianeveu.com