Escrita por Lilian Contreras Moreno, tataranieta del colono Neveu
La inmigración suiza en Chile tuvo lugar principalmente a fines del siglo XIX, entre 1883 y 1900, sobre todo a la zona de la Araucanía, particularmente entre Victoria y Traiguén. Se estima que más de 8.000 suizos recibieron concesiones de tierras. Sin embargo, debido a sus características idiomáticas y culturales, este grupo es confundido comúnmente con alemanes, franceses, e italianos.
Solo en 1881 el Consejo Federal autorizó a las agencias de inmigración operar en Suiza para reclutar emigrantes. El consejo Federal después de años de examinar las ventajas y desventajas que traería autorizar la salida de emigrantes, plantea como premisa la condición de que las autoridades chilenas se empeñen en pacificar la Araucanía. El primer contingente de inmigrantes suizos partió en Noviembre de 1883.
Entre 1883 y 1886, luego de cruzar los océanos Atlántico y Pacífico, llegaron 243 familias con un total de 1.313 suizos desde Burdeaux al puerto de Talcahuano, entre ellas la Familia Neveu Zumbrunnen, procedentes de Yvorne, Suiza, llegados a Chile el 22 de enero de 1886. El trayecto incluyó el viaje en tren hasta Angol y luego el viaje en carretas a la actualmente Novena Región, por un convenio firmado entre la República de Chile y la Confederación Suiza. El fin de este acuerdo inmigratorio fue el de colonizar la zona llamada „Frontera“, comprendida entre los ríos Bío Bío y Toltén. La Guerra del pacífico había finalizado y era el momento de tomar posesión de las tierras cultivables y unir un país que se encontraba dividido desde los años de la colonia.
Las operaciones continuaron desarrollándose hasta 1890, año en que se registran 22.708 suizos repartidos en las 31 colonias fundadas en pleno corazón de la Araucanía.
El viajes de los colonos, lógicamente, fue en barco llegando a los puertos de Valparaíso y Talcahuano.
El libro "Historia de un pueblo, Galvarino" dice el la página 38: "En Enero de 1886, llegaron por la misma vía, esta vez en el vapor Patagonia, los colonos del lado sur de Quillen"
Por lo tanto el colono David Neveu y su esposa Rosette Zumbrunnen llegaron seguramente en ese Vapor al país, el 22 de Enero de ese mismo año.
El ferrocarril ya estaba en construcción. Su llegada fue difícil. El clima extremo y la inadecuada inserción (desconocimiento del idioma, inexistencia de redes de salud o educación), sin contar con el hecho que la mayoría no eran agricultores sino artesanos, dificultó su asentamiento. El trabajo que demandaban estas tierra vírgenes era extremo, sin tomar en cuenta que algunas ya tenían posesión, lo que empeoró aún más el proceso.
Ya en Octubre de 1884 comienza el desplazamiento de muchos colonos hacia el valle y no fue fácil. Los recién llegados en su mayoría, tenían conocimientos relativos al comercio, la industria o la artesanía. Por tanto, el abrir caminos a machetazos, el pasar por malos o inexistentes caminos, enfrentarse a un clima, la mayoría de las veces adverso significó un esfuerzo superior por la falta de competencias o experiencia en el trabajo de la tierra. Aun así, en Suiza, surgían diversas versiones relativas al éxito y facilidad de la empresa colonizadora. Tanto fue el impacto de las auspiciosas noticias provenientes de estos lugares, que en algún momento el gobierno Suizo decidió prohibir nuevas salidas de nacionales que querían ir en busca de los beneficios y oportunidades que, al alero de las ya mencionadas informaciones, nuestro sur ofrecía.
A los colonos recién llegados, se les concedió la cantidad de tierras a entregar, su ubicación y su título de dominio: „una yunta de bueyes, carreta aperada, además de una vaca, 40 tablas y el documento que certificaba la cantidad de tierra y ubicación geográfica de la misma.
El Gobierno de chile daba como plazo ocho años para ser devueltos los costos de viaje, la mesada diaria para consumo de la familia durante el viaje y un salario mensual recibido durante dos años, comenzando a pagar desde el tercer año de instalación en las tierra. Al no pago, el colono perdía su derecho y la tierra volvía a manos del Estado. Gracias al trabajo y la perseverancia, muchos lograron asentarse y poco a poco vieron sus frutos. Entre ellos la Familia Neveu Zumbrunnen.
Vicente Pérez Rosales, fue uno de los grandes impulsores del proceso de colonización europea en el sur de nuestro país, que hasta entonces era ocupado por mapuches, quienes finalmente fueron desalojados por la política de finalización del „conflicto“ a manos de ex combatientes de la Guerra del pacífico y, las que en el siglo XIX el estado se empeñó a incorporar al territorio „nacional“ en un afán de blanqueamiento y europeizamiento de la zona. Para ello, dicho estado crearía las condiciones „óptimas“para que los colonos triunfaran frente a las adversas condiciones (principalmente físicas, idiomáticas y climáticas) de su nuevo hogar. Mas allá de la particular mirada de Rosales y del entonces estado modernizador, la llegada de colonos extranjeros en muchos casos no significó el arribo a la tierra prometida llena de oportunidades, sino que muchos colonos murieron, quedaron en el camino o emigraron.
Se Calcula en 90.000 mil los descendientes de inmigrantes suizos, de los cuales 60.00 mil descendientes de las colonizaciones patrocinadas por el Estado de Chile hace más de un siglo y los 30.000 restantes de emigrados durante la I y II guerras mundiales. Siendo chile uno de los países en Latinoamérica con más descendientes de Helvéticos. De acuerdo al censo del 2002, actualmente residen en Chile 1.116 inmigrantes suizos.
Lilian Contreras Moreno
Bisnieta de Maríe Neveu Zumbrunnen y
Tataranieta de Emil Neveu Colombier y Rosette Zumbrunnen
Alemania, 20 de marzo del 2010